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¿Te has preguntado alguna vez cómo proteger un software para evitar que otros se apropien de tu trabajo? Seguro que sí. ¿O qué medidas legales existen para asegurar los derechos sobre una aplicación, en la que has participado, desarrollada por tu empresa? Proteger legalmente un software es fundamental en el actual entorno digital, donde la propiedad intelectual es un activo tanto valioso como vulnerable.
Pero, ¿qué nos ofrece la protección de software? Que puedas reclamar tus derechos sobre el código y la funcionalidad, evidentemente y además, mejorar la credibilidad y el valor comercial de tu creación. Desde el uso de certificados de firma de código hasta el cumplimiento de regulaciones en diferentes países, existen múltiples herramientas y estrategias para defender la autoría y la seguridad del software en el mercado. Hay que verlo como lo que es. Una inversión en el crecimiento y la sostenibilidad de cualquier empresa digital que quiera competir en el mercado actual y futuro.
La importancia de proteger un software legalmente
La protección de software va más allá de evitar que otras empresas o personas copien el código o la funcionalidad de un programa. Es también por orgullo. Es tu trabajo. Vuestro tiempo. Vuestro esfuerzo. Por esa razón es tan importante la protección legal. Porque refuerza la seguridad, la credibilidad y el valor comercial de una empresa en el mercado.
Además, no podemos olvidar que va a aportarle tranquilidad al desarrollador y/o desarrolladores, los cuales van a estar seguros de que su creación estará respaldada por derechos y mecanismos de control.
¿De qué derechos y control hablamos?
- Control de derechos y autoría sobre el código fuente y la funcionalidad.
- Incremento del valor comercial de la propiedad intelectual.
- Protección ante posibles conflictos legales, como disputas por plagio o copia no autorizada.
- Cumplimiento normativo en diferentes regiones.
- Reducción del riesgo de ciberataques y uso fraudulento.
No podemos olvidar que la protección legal del software viene muy bien cuando se buscan inversores o acuerdos comerciales. Contar con ese respaldo formado por derechos claramente definidos y mecanismos de control, facilita los procesos de auditoría y due diligence, aspectos que, como bien sabrás, son clave en negociaciones de inversión o venta.
Dicho de otra manera, la propiedad intelectual registrada y protegida demuestra profesionalismo y compromiso con la innovación, factores que los posibles socios y clientes, como imaginarás, valoran enormemente.
Qué tipos de software puedo proteger legalmente
No todos los software se protegen de la misma manera. La protección depende de factores como la originalidad del código, el tipo de aplicación y su uso en el mercado.
La naturaleza de cada tipo de software determina qué métodos de protección son los más efectivos y necesarios. Por ejemplo, en el caso de software de escritorio y aplicaciones móviles, la protección suele enfocarse en el código fuente, la interfaz de usuario y los datos almacenados en el dispositivo, asegurando que no se copien o alteren sin autorización.
Estos programas pueden beneficiarse de los derechos de autor, complementados con certificados de firma de código, que ayudan a los usuarios a verificar su origen legítimo, especialmente cuando se distribuyen a través de plataformas públicas como tiendas de aplicaciones o servicios de descarga, tales como Apple Store, Steam, Google Play Store, etc.
Para el software como servicio (SaaS), que funciona en la nube, la protección adquiere un enfoque más amplio. Y tú dirás, ¿por qué? Pues porque en este caso, es necesario aplicar medidas de ciberseguridad que protejan tanto la infraestructura como el acceso de los usuarios, además de asegurar el cumplimiento de regulaciones de privacidad y protección de datos. Por su parte, los sistemas operativos y herramientas de desarrollo requieren un nivel de protección integral, ya que están destinados a facilitar el desarrollo de otras aplicaciones o gestionar dispositivos completos, lo cual implica una especial atención a la seguridad, la autenticidad y la confiabilidad.
Los tipos de software que se pueden proteger:
- Software de escritorio (como aplicaciones de productividad).
- Aplicaciones móviles (por ejemplo, redes sociales o utilidades).
- Software como servicio (SaaS), que opera en la nube y ofrece servicios en línea.
- Sistemas operativos y herramientas de desarrollo.
Como decíamos al principio, cada tipo de software tiene características específicas que pueden requerir un enfoque particular para su protección legal y de ciberseguridad. Si necesitas ayuda, recuerda que tienes nuestro equipo de soporte para resolver cualquier duda o pregunta.
Legislación para proteger un software en España
La protección legal del software en España se encuentra regulada principalmente a través de la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), que reconoce el software como una creación intelectual.
¿Qué establece esta ley? Que el código y la estructura de un programa son considerados obras literarias, protegiendo no solo el código fuente, sino también todos los elementos que contribuyen a su funcionalidad y diseño. Es decir, la LPI otorga al creador derechos exclusivos sobre su obra desde el momento de su creación, sin necesidad de un registro formal.
Sin embargo, el registro en el Registro de la Propiedad Intelectual o el depósito ante un notario pueden servir como evidencia adicional para reforzar los derechos de autor en caso de disputa.
¿Qué más hace la Ley de Propiedad Intelectual? También delimita el uso de programas de software por parte de terceros, especialmente en relación con la copia, distribución y modificación.
Además, establece que solo el titular de los derechos de autor tiene la capacidad de decidir sobre la licencia o venta del programa. Esta regulación es fundamental para que las empresas puedan proteger su software en el mercado, evitando copias no autorizadas y asegurando el control sobre el uso del código por parte de colaboradores o clientes.
1) Derechos de autor
En España, el software está protegido automáticamente por derechos de autor desde el momento en que se crea, en virtud del Real Decreto Legislativo 1/1996, que aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual.
¿Qué implica este derecho de autor? Que el creador posee todos los derechos sobre el código y los elementos creativos del software sin necesidad de realizar ningún trámite adicional. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, para consolidar la protección y tener una prueba sólida de la autoría en caso de conflicto, es común, aunque no obligatorio, realizar un depósito del software ante un notario o una entidad de confianza.
Y por si fuera poco, además del código fuente, la Ley de Propiedad Intelectual también protege otros elementos clave del software, como:
- La documentación técnica y de usuario, que incluye manuales, guías y cualquier documento que explique el uso o la configuración del software.
- Las interfaces gráficas, con las que se protege el diseño visual del software, como botones, menús y otros elementos gráficos que contribuyen a la experiencia del usuario.
- Las bases de datos y elementos multimedia asociados al software, estarán también protegidos bajo los derechos de autor, siempre que se demuestre su originalidad y su aporte al software.
2) Certificados
En el contexto digital actual, el uso de certificados digitales y de firma de código se ha convertido en una herramienta indispensable para asegurar la autenticidad y proteger la integridad del software y lo que no es el software. Y es momento de aceptarlo. Son necesarios.
¿Por qué?
Porque los certificados de firma de código permiten a los desarrolladores y empresas autenticar el origen del software, asegurando que el código no ha sido manipulado o alterado desde su creación. En ningún momento. Esta medida de protección es especialmente importante para software distribuido en línea, ya que será lo que le sirva a los usuarios para verificar la legitimidad de la fuente antes de instalar un programa. Y, salvo que seas un kamikaze, a todo el mundo le gusta saber que lo que está instalando no es pernicioso.
Como autoridad de certificación digital cualificada, podemos confirmar que, además de mejorar la confianza de los usuarios, los certificados digitales también facilitan el cumplimiento de normativas de seguridad y transparencia en la distribución de software. En sectores tan regulados como pueden ser el financiero o sanitario, la firma de código es fundamental para cumplir con las normativas de protección de datos y ciberseguridad, ya que ayuda a evitar fraudes y usos indebidos.
¿Cómo se regula la protección de software en otros países?
Como imaginarás, la protección del software varía entre países. Mientras que en España el software se protege a través de los derechos de autor, en otros lugares existen alternativas como las patentes, los secretos comerciales y otros mecanismos.
En Estados Unidos, por ejemplo:
- El software puede ser objeto de patentes siempre que cumpla con criterios de originalidad y utilidad.
- La Ley de Derechos de Autor también protege el código y la interfaz de usuario de un programa.
En la Unión Europea, la protección del software es similar a la española, centrándose principalmente en los derechos de autor. No obstante, el Reglamento eIDAS establece directrices para la autenticación digital y los certificados cualificados, garantizando la integridad de documentos y programas a través de sellos de tiempo.
Pasos para proteger un software con certificado electrónico
1. Registro del software
El primer paso para proteger un software con certificado electrónico es registrarlo. No hay más. El registro del software en el Registro de Propiedad Intelectual o el depósito ante un tercero de confianza (como somos Camerfirma) te permite establecer una prueba fehaciente de la autoría.
2. Firma de código
Obtener un certificado de firma de código es esencial para demostrar la autenticidad del software. ¿Por qué? Muy simple. Porque la firma de código garantiza que el programa no ha sido alterado desde su creación y facilita su distribución segura. Este tipo de certificado es fundamental en sectores como el de las aplicaciones financieras, tecnológicas o médicas, donde la integridad del código es primordial.
3. Auditorías de ciberseguridad
Ya tenemos controlado el pasado y el presente. ¿Pero qué pasa con el futuro? Proteger un software también implica asegurar su resistencia ante ciberataques. Y créenos que vendrán. Nadie está libre de un ataque. Por esa razón, realizar auditorías periódicas de ciberseguridad os ayudará a detectar vulnerabilidades en el código y reforzar la protección del software en un entorno cada vez más amenazado. Nosotros lo hacemos periódicamente.
Es evidente que la frecuencia variará significativamente según:
- Tamaño y complejidad de la organización.
- Sector industrial.
- Nivel de riesgo.
- Cambios recientes
Por eso os recomendamos que las auditorías de ciberseguridad sean así:
- Empresas pequeñas y medianas: Al menos una auditoría al año.
- Grandes empresas y organizaciones: Dos o más auditorías al año.
- Empresas con alto riesgo: Auditorías trimestrales o incluso mensuales.
Ventajas de proteger un software con certificado
¿Tienes para apuntar? ¿No? No pasa nada, aquí te las vamos dejando.
- Prueba de autoría.
El certificado establece claramente quién es el creador del software.
- Prevención de alteraciones
Garantiza que el código no ha sido modificado o comprometido.
- Protección ante copias no autorizadas.
Los certificados añaden una capa adicional de seguridad que desalienta el uso indebido del software.
- Reputación y confianza.
Los usuarios valoran más los productos protegidos por certificados.
- Cumplimiento normativo.
En determinados sectores, altamente regulados, los certificados ayudan a cumplir con las exigencias de seguridad y autenticidad.
- Acceso a nuevos mercados.
Muchos mercados exigen ya este tipo de protección para software si es que quieres distribuirlo en sus territorios.
Además de las ventajas mencionadas, tampoco nos podemos olvidar de que el uso de certificados también facilita la automatización en la gestión de derechos y la supervisión del uso del software. Por ejemplo, si incorporamos certificados digitales en una aplicación, nos será posible rastrear y monitorear el uso que los clientes hacen del software, así vamos a tener el control en todo momento y sobre todo, la oportunidad de identificar posibles usos indebidos o intentos de copia no autorizada.
Cuánto cuesta proteger un software
Pues depende de varios factores y claro está, también variará en función de los métodos utilizados. ¿Cuáles son esos factores?
- Registro en propiedad intelectual que suele tener un coste administrativo que, por lo general, es bajo.
- Certificados de firma de código, cuyo precio dependerá del tipo de certificado y la empresa que lo emite. En nuestro caso, si lo contratas por 3 años en vez de por 1, te ahorras un 26%, que suponen unos buenos 420 € menos por certificado.
- Auditorías de ciberseguridad que si bien pueden ser costosas, son esenciales para mantener la seguridad del software.
Llegados a este punto, hay que comprender que, inversiones como el certificado de firma de código y la realización de auditorías periódicas son esenciales. Tanto para evitar posibles pérdidas económicas como para no tener crisis reputacionales a largo plazo.
Adicionalmente, el coste de proteger un software puede verse afectado por la frecuencia de actualizaciones de seguridad y mantenimiento del certificado.
¿A qué nos referimos? En entornos en los que se requieren actualizaciones periódicas (como los sistemas SaaS), las empresas deberéis considerar los gastos adicionales asociados a la renovación de certificados y la implementación de parches de seguridad.
Otro factor que puede incrementar el coste es el uso de servicios de terceros para el depósito de código (conocido como «escrow»), que proporciona una capa adicional de protección y respaldo en caso de que surjan conflictos sobre la autoría o propiedad del software.
De nuevo y para terminar nos gustaría decir que, aunque estas inversiones pueden representar un coste significativo, siempre van a reforzar la protección legal y mejorarán con creces la seguridad a largo plazo.
Ya sabes, mejor prevenir que pagar.